5 de junio de 2009

Comunicado de la Comisión Nacional de Pastoral

 

“Los reyes de las naciones las gobiernan como dueños y los mismos que las oprimen se hacen llamar bienhechores”
(Lucas 22, 25)
Reunidos en Siguatepeque, el primero y dos de junio para la sesión ordinaria, los miembros de
la Comisión Nacional de Pastoral, hemos analizado la situación de nuestro país, que vemos con profunda preocupación. Como fruto de este análisis queremos compartir nuestras reflexiones:
I. Una realidad preocupante.
Estamos viviendo una catástrofe de mayor intensidad que el sismo que removió muchas estructuras físicas en el territorio y, casi como un símbolo, afectó al puente de la democracia que lleva a la ciudad de El Progreso y al palacio de justicia en San Pedro Sula.
Vemos como se hunde cada día más el sistema democrático con la pérdida de credibilidad y confianza de la población en sus instituciones:
la Constitución de la República, los partidos políticos, los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, el tribunal superior de cuentas, etc.
Pareciera que se ha olvidado al pueblo y el bien común, razón para la cual existen el Estado, los partidos políticos y todas las demás instituciones. Se busca solamente el beneficio personal o de grupos, mientras las grandes mayorías siguen viviendo con problemas agudos, fruto de un sistema injusto y sin equidad.
Lo más triste de esta realidad es la pasividad, indolencia e indiferencia con que la mayoría de la población mira esta situación, dejando de ser protagonista de su historia.
II. Reflexión pastoral
“Pero sus hijos no siguieron su camino: fueron atraídos por el lucro, aceptaron regalos y torcieron el derecho” (I Samuel 8,3).
Creemos que el bien común está por encima de cualquier bien particular, y que “el Estado existe para asegurar a sus habitantes el goce de la justicia, la libertad, la cultura y el bienestar económico y social” (Constitución de
la República de Honduras., Art.1). “El bien común, al que la autoridad sirve en el Estado, se realiza plenamente sólo cuando todos los ciudadanos están seguros de sus derechos” (Redemptor Hominis 17g).
Reafirmamos que lo más sagrado de la persona humana es la vida y que la conciencia de una persona es inviolable e inalienable, por consiguiente no puede ser comprada ni mancillada por nadie.
“El sentido esencial del Estado como comunidad política, consiste en el hecho de que la sociedad y quien la compone, el pueblo, es soberano de su propia suerte. Este sentido no llega a realizarse, si en vez del ejercicio del poder mediante la participación moral de la sociedad o del pueblo, asistimos a la imposición del poder por parte de un determinado grupo a todos los demás miembros de esta sociedad” (Redemptor Hominis. #
17f).
Nuestra fe nos enseña que la justicia no puede eludir la defensa del pobre, del débil y del oprimido y que quienes tuercen el derecho y violan o manipulan las leyes atentan contra la vida y la dignidad de la persona humana creada por Dios.
Recordando el magisterio de
la Iglesia consideramos que: “El Estado debe garantizar cohesión, unidad y organización a la sociedad civil” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 168). Con la tan llevada y traída “cuarta urna”, se pone en evidencia una prolongada crisis política. El Estado se está debilitando: las leyes no siempre se respetan, las instituciones no funcionan bien y los responsables no siempre cumplen con sus obligaciones. En pocas palabras parece que se está eliminando al Estado y debilitando la Democracia.
II
I. Propuestas de acción.
Dada la situación actual del país, consideramos que el diálogo entre todos los sectores es el único camino que nos puede garantizar un verdadero Estado de Derecho.
El insulto y la imposición de criterios y cualquier ideología, utilizando la intimidación o el dinero, es un abuso de poder, por eso estamos llamando urgentemente al diálogo.
Una sociedad libre y soberana sólo se puede construir con la participación de todos, en donde nos sintamos co-responsables del país. La verdadera soberanía del pueblo se dará cuando se le devuelva el poder de pensar, decidir y elegir su futuro, escoger el bien común y velar por los más necesitados, sin ser engañado por otros intereses. Un verdadero cauce de participación no se puede hacer en contra de las mismas leyes.
Las promesas sobre el respeto a la fecha de las elecciones y la transición al nuevo Gobierno es la voluntad del pueblo y deben ser respetadas de acuerdo con las leyes.
Recordando las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: “la verdad os hará libres”,(Juan 8, 32), pedimos transparencia y coherencia en todas las acciones del gobierno, de los medios de comunicación y de todos los que generan opinión pública, para que se diga la verdad sobre las reales u ocultas intenciones por las que se desea convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.
Sin negar que existan elementos de
la Carta Magna que podrían ser mejorados para responder a los intereses de todos, falta un análisis profundo y sereno para conocer los elementos que necesitan cambios, y especificar qué artículos de la Constitución no están conduciendo a la justicia, la libertad y la calidad de vida.
Consideramos que los caminos que se están siguiendo con improvisación y a toda prisa, pueden conducir a la anarquía, la violencia y al deterioro de la paz.
Detrás de todo este problema descubrimos la urgente necesidad de desarrollar la capacidad, conciencia y responsabilidad ética de los dirigentes políticos y todo funcionario público. La transparencia en la rendición de cuentas es su obligación y un derecho del pueblo para controlar y auditar a quienes ha elegido.
Una propuesta para solucionar la crisis actual podría ser que el Congreso de
la República apruebe una Ley Orgánica para las figuras del Plebiscito y el Referendum ya existentes en nuestra Constitución.
Que la sabiduría divina nos ilumine para buscar los mejores caminos de la paz y que Nuestra Señora de Suyapa, madre de todos los hondureños proteja siempre a nuestro pueblo.
Siguatepeque, 4 de Junio de 2009
Por
la Comisión Nacional de Pastoral


Mons. Ángel Garachana Pérez 
Obispo de San Pedro Sula
Presidente

P. German Cálix
Secretario

3 de junio de 2009

Cambios de párrocos en iglesias ceibeñas

La iglesia San Isidro será coordinada por sacerdotes hondureños de la congregación diocesana

 

Copilado del Diario La Prensa, Sección la Ceiba.  Marlen Ávila: marlen.avila@laprensa.hn

LA CEIBA,  HONDURAS

 Después de 42 años de dirigir la iglesia San Isidro, los sacerdotes misioneros claretianos harán el traspaso mañana a la congregación de sacerdotes diocesanos hondureños.

La ceremonia es a las seis de la tarde con una misa presidida por el obispo de la Diócesis de San Pedro Sula, Ángel Garachana. 

La responsabilidad estará a cargo del nuevo párroco Francisco Sánchez.

“Será un acto especial ante la presencia de la feligresía y sacerdotes invitados que trabajaron en esta iglesia”, dijo el padre Porfirio Ruiz.


La ceremonia inicia con el ingreso de los sacerdotes junto al obispo. En el transcurso del acto habrá palabras de entrega y el compromiso de aceptación por parte de la congregación.

 El mensaje de la homilía lo hará el obispo que aconsejará a los laicos apoyar a ambas parroquias para que continúen con su trabajo pastoral, indicó.

Antes de la llegada de los Claretianos en 1967, la iglesia San Isidro estuvo bajo el mando de los sacerdotes de San Vicente de Paúl que encomendaban desde la Diócesis de San Pedro Sula, Atlántida, Colón, Islas de la Bahía y Gracias a Dios.

 

Constitución

Los sacerdotes claretianos se trasladan al sector este, en donde se construye la tercera parroquia que llevará el nombre de su fundador San Antonio María Claret.

La constitución de la parroquia es el domingo 24 de mayo a las seis de la tarde, presidida por el obispo Garachana.

 “Hemos trabajado por varios años en la iglesia San Isidro, ahora nos corresponde continuar con nuestra misión pastoral en la periferia de la ciudad”, indicó el religioso.

La zona es un polo de desarrollo de La Ceiba donde hay muchas colonias nuevas, así como centros educativos y personas organizadas que serán incorporadas al trabajo pastoral.

 En ese sector hay 14 iglesias desde la Cuenca del Cangrejal hasta la aldea garífuna de Sambo Creek, expresó.


Proyecto

El párroco manifestó que a la fecha sólo tiene una casa para la albergar a los sacerdotes, pero realizan los trámites para la construcción del templo.

“El costo es bastante elevado y no tenemos dinero, pero confío que tendremos el apoyo de toda la población”, sostuvo.

 El levantamiento del muro se está haciendo para no tener problemas al momento que inicie la construcción de la iglesia.

 Las personas voluntarias que desean hacer sus donaciones pueden hacerlo llegar desde ya, mientras la misa se hará todos los domingos en el área verde, señaló.

Sánchez continúa la actividad pastoral

 

“Me siento contento porque Dios me envía y trataré de abrir mi corazón con el pueblo ceibeño. Continuaremos haciendo la misma actividad pastoral, no habrá ningún cambio”, fueron las palabras del nuevo párroco de la iglesia San Isidro, Francisco Sánchez.

 Comentó que cuando el obispo le asignó la misión de asumir la responsabilidad, se sintió con mucha ventaja por la relación anterior que tuvo con la feligresía de esta localidad.

 “Hemos hecho varias reuniones con los grupos de cada una de las comunidades para conocer la programación y sus actividades”, expresó.

Junto a su compañero Óscar del Cid se irán incorporando poco a poco en la programación diaria de cada uno de los barrios.

 Sánchez recordó que hace diez años estuvo en esta ciudad cuando se creó la parroquia La Natividad donde permaneció como párroco por cuatro años.

 “La meta es de evangelizar por los momentos difíciles que se viven”, dijo.

Anteriormente estaba en la iglesia de El Carmen en Cofradía, departamento de Cortés. Sánchez es originario de Río Lindo, Cortés, mientras que del Cid es de Toyós, El Negrito.

Fe y devoción a San Isidro Labrador

La feligresía católica se volcó a las calles para festejar el día del santo, por lo cual se celebra la Feria Isidra

 

Copilado del Diario La Prensa, Sección la Ceiba.  Marlen Ávila: marlen.avila@laprensa.hn

 LA CEIBA,  HONDURAS

Con fervor religioso la feligresía católica festejó a lo grande el día del patrón San Isidro Labrador.

 

Como es tradición al compás de las bandas de guerra de los institutos San Isidro, María Regina, Honduras, Pico Bonito; los ceibeños participaron en una procesión recorriendo la avenida 14 de Julio y la avenida San Isidro hasta llegar a El Jacal donde se desarrollaron los actos.

 Los asistentes portaron velas y antorchas encendidas.

Durante la caminata entonaron cantos alegres, dando un toque de alegría a la festividad.

 Ceremonia

El párroco Porfirio Ruiz presidió la misa y en su homilía hizo un llamado a la población a seguir el ejemplo de humildad y caridad que caracterizó a San Isidro que se dedicó a las labores del campo.

 

“Él es el patrón de los agricultores del mundo”, dijo el sacerdote.

En el transcurso de la programación el coro de la iglesia San Isidro animó el acto religioso.

 Cada una de las comunidades de barrios y colonias participó con veladas artísticas hasta el amanecer. Como ofrenda al Santo Patrón los presentes hicieron entrega de frutas, verduras, flores y otros productos que se cultivan en esta región.

2 de junio de 2009

Una Nueva Historia



 Parroquia San Isidro, una Nueva Historia... 

El nuevo párroco de San Isidro, Francisco Sánchez, y el último párroco claretiano, Porfirio Ruíz.

No, no me refiero al carnaval  internacional ceibeño. De él ya se han ocupado otros. Yo  tengo otras noticias, importantes para la Iglesia Católica de La Ceiba  y para toda la diócesis de San Pedro Sula. El día 17 de este mes de mayo entregaba la parroquia de San Isidro a  dos sacerdotes  diocesanos hondureños  y el día 24 erigía  una nueva parroquia en la parte este de la ciudad. Merece la pena que recordemos brevemente la historia.

 

 

La parroquia de La Ceiba

Durante el siglo XIX, tiempo en el que surgió y desarrolló la población de La Ceiba, esta ciudad y sus alrededores dependían de la Parroquia de Trujillo (Departamento de  Colón) y era  parte de la única diócesis existente entonces en Honduras, con sede en Comayagua. Fue su obispo monseñor José María Martínez y Cabañas, quien creó la Parroquia de la Inmaculada  Concepción de La Ceiba  el 24 de Septiembre de 1903, cuya sede fue el  templo conocido hoy como Iglesia de la Milagrosa, junto al Parque  Bonilla.  Esta primera capilla había sido edificada en 1862 por los  olanchanos y garífunas que fueron los primeros pobladores de la futura  ciudad. El primer párroco  fue el sacerdote diocesano hondureño Antonio Núñez, quien permaneció en La Ceiba durante cuatro años. Dejaba la parroquia en abril de 1907. Dos años después llegaba el segundo párroco, el sacerdote diocesano Angel García.

 

Los misioneros Paulinos

El tercer párroco fue el P. Antonio Casulleras C.M, nombrado en 1912. A partir de esa fecha y hasta 1967, son los sacerdotes de la Congregación de la Misión, conocidos en Honduras como los Padres Paulinos, quienes se harán cargo de la cura de almas de la parroquia de La Ceiba, de todo el Departamento de Atlántida y de las Islas de la Bahía. Durante cincuenta y cinco años, la tarea evangelizadora de los Misioneros de San Vicente de Paúl marca la vida eclesial de esta gran  parroquia, que acompaña el desarrollo histórico, cultural y social de La Ceiba y del Departamento de Atlántida. Debido a eso, también la  parroquia de La Ceiba pasó a llamarse en esa época “parroquia de la Milagrosa”, advocación vinculada a las congregaciones fundadas por San Vicente.

 

En la Semana Santa de 1945, el P. José García, párroco en ese tiempo, constituyó  una Junta Edificadora para dotar a la ciudad de  un templo más amplio y más céntrico: la iglesia de San Isidro. Pero no fue sino hasta el 22 de julio de 1951 que se colocó la primera piedra del  nuevo edificio, que se pudo finalmente bendecir el 22 de junio de 1952.  Mons. Capdevila trasladó la sede parroquial  de La Ceiba del templo de la Milagrosa al de San Isidro el 1 de abril de  1953. Desde ese día, la parroquia de La Ceiba y sus alrededores se llamó “Parroquia San Isidro”, con toda justicia, pues la vida cristiana de los primeros pobladores de La Ceiba y de su entorno tuvo como primer  elemento de identidad católica el culto a San Isidro Labrador.

 

Los misioneros claretianos

El último párroco paulino fue el P. Manuel Cavero quien entregó la cura pastoral de La Ceiba a los Misioneros Claretianos el 17 de Diciembre de 1967. Los Misioneros claretianos han tenido a su cargo esta parroquia de  San Isidro durante 42 años. Recibieron  una rica herencia misionera y la  hicieron producir en tiempos de  profunda renovación eclesial postconciliar y de rápidos cambios sociales.  El crecimiento poblacional y la presencia  de nuevos sacerdotes hizo posible nuevas parroquias surgidas de la “parroquia madre”,  como la Santa Rosa de Lima en Masica, Ntra. Señora  del Tránsito en Jutiapa, Corazón de María en Islas de la Bahía, La Natividad en el sector  oeste de la ciudad y la recién erigida San Antonio  María Claret en la parte este.

 

Los sacerdotes diocesanos hondureños

Los misioneros claretianos de la Provincia de Centroamérica se hacen cargo de la nueva parroquia que lleva el nombre de su fundador  y me entregan la parroquia San Isidro.  He nombrado párroco  al P. Francisco Sánchez  y vicario  al P. Oscar del Cid, ambos sacerdotes diocesanos hondureños. Han pasado 106 años desde el nombramiento del  primer párroco  para La Ceiba en la persona del sacerdote hondureño Antonio Núñez. Nuevamente los sacerdotes diocesanos hondureños se hacen cargo de la parroquia central de La Ceiba. Es un signo de la maduración de esta Iglesia diocesana.

 

Agradezco a los Misioneros Paulinos y a los Misioneros Claretianos el amor entregado, la dedicación sacrificada, la comunión gozosa que han tenido y siguen  teniendo con la diócesis de San Pedro Sula.

 

Tomado del Blog: “Al pie del Merendón” de Mons. Ángel Garachana

http://angel.hondublogs.com/2009/06/01/noticias-desde-la-ceiba/#more-369